martes, 14 de septiembre de 2010

Desencuentro

Busqué un abrazo
y estabas lejos
Busqué consuelo
y estaba sola
Busqué tu voz
y no hablaste
Busqué una sonrisa
encontré silencio
Hoy entiendo
que ya no estás

domingo, 5 de septiembre de 2010

Certezas

Tristeza de no ser parte,
de estar cerca, pero lejos
Tristeza por tu mirada
ausente y distante
Tristeza por querer y no poder
Tristeza por el destino injusto
Tristeza por el desencuentro
que dejó soledad
Tristeza por los celos
que acortaron el camino
Tristeza por tus manos,
que siguen libres
Y una pizca de alegría...
por dar un paso al costado

jueves, 2 de septiembre de 2010

Oportunidades

La vida es una calesita y muchas veces los momentos más felices vuelven una y otra vez a nuestra cabeza. Quizás por eso, hoy volví a recordarlo, caminando en una domingo gris en tierra azteca. Hace tiempo que no lo revivía, pero su recuerdo sigue conmigo.
Descubrí que era especial cuando una madrugada de otoño, sentados en el cordón de una vereda montevideana, citamos los mejores comienzos de libros de la literatura universal. No dudé en recitar 'Una vez frente al pelotón de fusilamiento, el Coronel Aureliano Buendía recordó el momento en que sus padres lo llevaron a conocer el hielo". 100 años de Soledad, de Gabriel García Márquez. Él, hizo lo mismo con la Divina Comedia. '..... ' Imposible no dejarse seducir por un alma así de sensible. Pensé que no era de este mundo, y tenía razón. El plan inicial era recorrer la ciudad por dos días. Al final, fue una semana. Una de las más especiales y maravillosas de mi vida. Nos hicimos tiempo para escuchar tangos, comer chivitos, pizzas, muzzarelas, helados y comida italiana hecha en sudamérica.
Desde mi perspectiva era tan perfecto e inalcanzable, que me conformé con ser su guía y mejor amiga. Con su humor negro e ironía me ayudó a jugarme por mi vocación, confiando casi a ciegas en mi capacidad profesional y de adaptación para buscar oportunidades lejos de casa.
Pero el tiempo es implacable y llegó ese domingo en que, valija en mano, emprendió el retorno.
Solo tuve unos minutos para esconder en ella los diálogos de Rosencof y Seregni y mi disco autografiado por Jorge Drexler. Tiempo después supe que sonó en su habitación porteña y que también él se dejó seducir por ese rincón al sur del sur.
Hacia allá se fue, prometiendo volver. Mi abrazo de despedida fue seco e impersonal. Estaba segura que lo iba a ver de nuevo en pocos días, pero me equivoqué. Perdido en la inmensidad de la red, sus noticias fueron cada vez mas esporádicas. Guardo los primeros y febriles mails, con una declaración de amor platónica que yo correspondía, como un tesoro. Nadie fue tan dulce. Hizo que me sintiera especial. La vida no nos cruza desde hace casi un año. Ni siquiera en la web.
Hoy sin querer, volví a recordarlo y trato de sacar en limpio un por qué de esa experiencia. Y lo encontré. No hay que guardarse los abrazos pues no sabes si esa será la única oportunidad de darlos.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Despedidas

Decir adios, despedirse, es un momento de quiebre.
La mayoría de las veces se asocia con dolor, con ausencia, con soledad, esta vez, fue diferente.
Te miré a los ojos, dejé que hablaras y aunque alguna vez estuviste al limite de caer en las frases hechas estoy segura que las palabras salieron del corazón.
Este adios no me duele tanto aunque te extraño desde el momento en que cruzaste la puerta. Este adios es un paso atras para salvar el cariño que tenemos, ese que surgió en un momento inesperado, de una forma tambien inesperada.
Yo voy a confiar, en mi intuición, en lo que vivimos en estos días, en lo que veo cuando te miro a los ojos, en lo que siento cuando te toco, en lo que sientes cuando te toco.
ME quedo en mi lugar, esperando que esta vez sea la vez, que el destino por una vez sea condescendiente conmigo en una sola ocasión.

lunes, 2 de agosto de 2010

Cerca del amor . Pedro Guerra

una vez estuvo cerca del amor
de las alas y el misterio
de gustarse en el espejo
y esa vez no supo nada del dolor
por las calles y los versos
poco a poco fue creyendo
y el mar la lluvia y los balcones oliendo a jazmín
y el libro de los besos y las flores con todo y por ti
pero dudó
otra vez estuvo cerca del amor
y las gentes y las caras
no existían ni contaban
y esa vez se hizo más fuerte y no dudó
y las horas encantadas
ni corrían ni pasaban
y el mar…
pero lloró
cuántas veces cerca
cerca del amor
casi lo tocó y lo acarició
y casi estuvo cerca
de abrazarlo y se escapo
una vez estuvo cerca del amor
si es que estuvo cerca del amor
luego fue que estuvo cerca del amor
y el futuro no pensado
se hizo enorme y hubo un árbol
y esa vez como un ángel no lloró
y el amor tomó su mano
y fue un niño y fue un anciano
y el mar…
pero temió
cuántas veces…